top of page

The Blind Woman Lends a Hand/La mujer ciega le echa una mano

By Jonathan Lloyd

Sí, no es por nada que otros creen que soy un dejado. Uso camisas manchadas, no me peino el pelo, y no llevo puesto zapatos. No me afeito. En las tardes me siento en la acera, con las piernas cruzadas y ojalá, viene la compasión. 

Cuando me levanto en la mañana, con el sol que me echaba una miradita con sus pelos por encima mi cobija, soy el hombre fijo, un hombre muy chévere. Estoy llenado con compasión. 

Lo pienso. Así es que yo soy. 

Juego el juego. Giro la rueda. Mañana y noche me toco el turno. 

Sí, lo pienso. ¿Qué pasa si los huesos que sacudo y el agitador de los huesos

no fueron lo de un dejado, ni de un hombre fijo. ¿Qué pasa si los huesos se encuentran en las catacumbas, tocadas sólo por el aliento de una mujer ciega?

¿Cuáles son las probabilidades entonces, para los vagos, y para los hombres de propósito fijo?

 

- - - 

 

Sure, it isn't for nothing they see me as a bum. I wear stained shirts, I don’t comb my hair, and I don’t wear shoes. Don’t shave. In the evening I sit on the sidewalk, with my legs crossed, and hope for compassion. 

When I get up in the morning, as the sun peeks with its hairs over my blanket, I am the determined man, a very great man. I am filled with compassion.

I think it, so it is I am.

I play the game. I turn the wheel. Morning and night I take my turn.

I think it, sure. Yet what happens if the bones that I shake and the shaker of those bones were not of a bum? Not of a man with fixed purpose, either? What if the bones lie in catacombs, touched only by the breath of a blind woman? 

What are the odds then, for the bums, and for the men of fixed purpose?

Jonathan Lloyd

I have been a pharmacist for some 35 years, and writing poetry for all my adult life, and turning wood bowls as a hobby. My poems have appeared in Up The River, The Fictional Café, and Andwerve

Jonathan Lloyd
bottom of page